sábado, 2 de febrero de 2019

Potaje de vigilia con rellenos (tipico de semana santa)

Es un plato que se confeccionaba en invierno, pero más concretamente para semana santa, para hacer la vigilia, también llamado potaje de vigilia.

Receta de rellenos, también llamados Pelluelas:

  • 4 huevos
  • Pan rallado o pan duro
  • Perejil picado
  • dos diente de ajo
  • 1 pizca de sal
  • Aceite de oliva  
  • Leche 

ELABORACIÓN

  1. Batir los huevos en un bol con un poco de sal y la leche.
  2. Picaremos el perejil y el ajo y lo añadiremos, junto a los huevos.
  3. Iremos añadiendo pan rallado hasta que se quede una masa que no se deshaga, como cuando hacemos croquetas con la ayuda de dos cucharas, si es con pan trocearlo, sin corteza mejor, añadir la leche, la sal, los huevos, el ajo y el perejil picado, con la ayuda de un tenedor amasar.
  4. Pondremos el aceite en la sartén a calentar y con ayuda de una cuchara,

    iremos friendo los rellenos hasta que estén dorados por todas sus partes.
  5. Dejaremos escurrir sobre un plato con papel absorbente y los pondremos dentro del potaje cuando vayamos a comerlos que no se empapen mucho antes.

 POTAJE MANCHEGO DE VIGILIA

  • 300 gramos de espinacas frescas (o collejas o acelgas)
  • 500 gramos garbanzos cocidos (unos 300 si son crudos)
  • Un par de tomates más bien maduros
  • 200 gramos de bacalao desalado más o menos
  • Una cebolla, dos zanahorias
  • Un par de patatas o más
  • Una cabeza de ajo
  • Una cucharada de pimentón de la Vera y si no del normal
  • Agua
  • Sal
  • Comino molido, laurel, pimienta, clavos o especias al gusto.
  • Huevos cocidos dos o más 

ELABORACIÓN

Los garbanzos secos, ponlos a remojo el día anterior, luego ponlos a cocer, en una olla, cubiertos de agua, añade una zanahoria, una cebolla con un par de clavos de olor pinchados en ella y una o dos hojas de laurel. Ten todo a fuego fuerte hasta que rompa a hervir y luego a fuego medio durante una hora. Pasado este tiempo, retiramos las verduras y reservamos los garbanzos con el caldo.

El sofrito en una sartén aparte, añade al aceite la cebolla bien picada y los ajos. Cuando veas la cebolla transparente, añade las espinacas crudas, bien lavadas y escurridas. Dales unas vueltas hasta que estén tiernas, momento en el que añadirás el tomate y, por último, una cucharadita de pimentón. Sofríelo todo, cuidando que no se te queme si no luego por hay trozos negros afeando el plato y el paladar.

Este sofrito échalo en el cocido de garbanzos, vigilando que el agua lo cubra todo. Si no es así, añade un poco más de agua y la patata, en trozos medianos, “rota” o “quebrada”, para que suelte el almidón y así espese la salsa, ponlo a hervir.

A los diez minutos de estar hirviendo el potaje, agrega el bacalao y mézclalo con cuidado de no romper los trozos de bacalao deja diez minutos más y por encima, como tapando el guiso, pon los rellenos unos cinco minutos más y listo apaga el fuego.

Lo de los huevos es una cuestión de gustos, es poner los huevos cocidos troceados ya en el plato, en el momento de servirlo, la yema espesa el caldo y le da sabor, con los rellenos y el bacalao especial.

Con collejas lo que aquí en Ibiza se le llama verdura también están de muerte abuela, así los preparaba mi abuela recogiéndolas del campo, en tiempos donde la despensa se llenaba con lo que les daba la tierra y cuando no era vigilia, se cambiaba el bacalao por oreja, morro, espinazo o costilla de cerdo, de las matanzas, que tenían salado o en orzas frito con manteca al no haber neveras, pues guardaban sus viandas con otros métodos de conservación, como el pescado seco en salazón, el bacalao uno de los que más y las sardinas en fin nos han dejado un buen legado que forma parte de nuestra cultura.

Gracias a todas nuestras abuelas y abuelos, por dejarnos esta sabiduría y poder enriquecer nuestra vida con su cultura popular, trasmitida de generación en generación, han hecho posible lo que hoy somos.